martes, 3 de mayo de 2011

El trabajo sobre el ego


Por Camilo Zaffora

Solos 2008 - Dirección: Jessica Walker - Foto: Viky García


El ego es el gran obstáculo para llegar a lo sagrado en el teatro, y para la verdadera entrega del actor. En el Laboratorio aprendes a observarlo, y a detectarlo cada vez que te pone palos en la rueda. ¿Qué es el ego? Es esa parte de nuestra mente que separa y juzga.

Trabajamos sobre nuestro ego. Y de hecho, el segundo año del Laboratorio (la experiencia teatral propiamente dicha) puede ser visto como un estudio en profundidad sobre el ego. En el primer trimestre el Solo (tu ego contra ti), en el segundo trimestre el dúo (tu ego contra tu compañero) y en el tercer trimestre Hamlet (tu ego en un grupo). En este sentido, la elección de Hamlet como cierre de la formación del Laboratorio no es nada casual, ya que probablemente sea la obra más perfecta jamás escrita sobre el ego del ser humano, expresado en su manifestación más básica: la dualidad (“Ser o no ser”). Pero esto es material de otro artículo.

El mencionado trabajo sobre el ego que se realiza en segundo año del Laboratorio no tiene por fin efectuar un análisis del mismo: el enfoque del Laboratorio está muy lejos de ser psicoanalítico. No es la idea conceptualizar el ego, sus porqué y sus cómo. Sólo se trata de sacar a la luz. Antes de empezar los Solos, se te propone que el tema elegido para desarrollar tu trabajo sea “tu” tema. El tema de tu vida. De ahí ese cariz autobiográfico que suelen adoptar la gran mayoría de los Solos. “Tu” tema suele ser aquel que te produce sufrimiento, que te bloquea o te avergüenza. Así, los temas elegidos (miedo al abandono, maltrato, las tendencias autodestructivas, inseguridad, incapacidad de decidir, la búsqueda frustrada del amor, la niñez maltratada, el odio a los demás y tantos etcéteras como alumnos del Laboratorio hay) no suelen ser otra cosa que los múltiples disfraces del ego. Los temas en realidad son uno solo.

Ahora bien, cuando a eso que te tortura lo vuelves materia prima creativa, cuando lo llevas a escena, lo poetizas, lo exteriorizas y lo sacas a la luz (cuando su fuerza radica en que es un aspecto de nosotros que preferiríamos ocultar), lo pones frente a tu conciencia, le otorgas tu presencia y lo “vives” hasta el final, en el aquí y ahora de la escena, ocurren dos cosas:

1)     Se vuelve inofensivo. Pierde gravedad, se debilita como fuente de infelicidad. Abrazar a tu sombra en lugar de juzgarla es pura sanación.
2)     Se vuelve sagrado. Pues todo lo que es “vivido” en escena sin juicio, se vuelve bello. La belleza surge. Aparece Dios a través de ello.

El Laboratorio busca poner al ego bajo la luz del Ser. Tanto en la elección de tu tema como durante el propio proceso creativo. Iluminar, compartir lo que te hace sentir solo y desgraciado (el miedo, el juicio, el “no puedo”, el “no me sale”, el “otro lo hace mejor”, la duda, el “estoy perdido”). Frente a todos los ataques del ego durante el proceso de creación del Solo, la consigna es una sola: Trabaja.

Cada vez que el ego te asalta, juzgándote mientras estás en escena, lo exteriorizas. Eres honesto con eso que ocurre, no intentas esconderlo. Con el tiempo y el entrenamiento, el ego te va dejando cada vez más libre en escena.

Con tu compañero, el ego te enfrenta (él lo hace mejor, o peor, me bloquea, me molesta, lo hace mal, su propuesta no funciona, es demasiado distinto a mí, porque diablos me tocó con él). Afuera. No protejas a tu compañero de ti. Obsérvate en el juicio en el que estás. Todo lo que ocurre. Tu compañero te da un regalo incalculable, especialmente si te genera rechazo. Sólo puedes trabajar si apuestas por él (por la conexión, por la unión y el amor) por encima de tu ego. Cuando sigues sea como sea. Con cualquiera se puede crear, también con quien tu ego rechaza.

El dúo es un estudio sobre las relaciones. Sobre el sabotaje, juicio, y todo lo que no te permite “ver” a la otra persona. Cada relación es una oportunidad de aprender de ti mismo y de sanarte.

Y el Hamlet, finalmente, recupera y potencia el Solo y el Dúo. Y contra todos los pronósticos, el trabajo en un colectivo provoca que el ego vuelva a estallar, y tu capacidad de trascenderlo es puesta a prueba una vez más.

3 comentarios:

  1. Sí, el tema de la vida, buenísimo este artículo. Gracias.

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  2. “disfraces del ego”!! q modo tan exquisito de enseñarnos! q no somos nuestros pensamientos, ni situaciones, ni miedos, ni historia… q somos mucho mas q eso!!!
    Q somos lo q nunca cambiará, el Ser!!!
    Yo soy!! Gracias Camilo, eres genial!!! Q emocionante es leerte…

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